LA VENTANA DEL SANCA
PERIODICO ESCOLAR VIRTUAL
A 100 AÑOS
Historia de un cronopio
26 de agosto de 2014. Hace 100 años nacía Julio y nos invitaba a creer que leer es también jugar y que con la Rayuela se llega verdaderamente al cielo. Así lo recordamos...
1914. Mes de agosto. Nace Julio Cortázar, en Bruselas (Bélgica). En 1918 pisa por primera vez suelo argentino. Su pasión por la literatura ya empezaba a despertar.
Si pensamos en él, nos viene a la mente su inolvidable Rayuela, que se constituyó en ese punto de viraje de la literatura latinoamericana. Pero también volvemos a su narrativa, siempre mágica.
Julio profesor, Julio traductor, Julio poeta, Julio escritor, Julio: un cronopio irreverente. Aquél que amaba el jazz y disfrutaba del buen boxeo. Ése que se perdía en las calles de París, y luego dejó su rastro en el Chile de Salvador Allende, la Nicaragua Sandinista y en la Cuba de Fidel. Todos los Julios en un mismo Julio. Y todos se reflejan en ese gran espejo que es su literatura, sus textos, su mundo. Ese mundo de cronopios que se anima a transformar lo cotidiano en algo maravilloso o desopilante, quizás .
A 100 años de su nacimiento y a 30 de su muerte, hoy Julio sigue estando vivo. Porque su escritura es la imagen viva de alguien que creó esos mundos indescifrables y nos permitió viajar por ellos, meternos allí, caminarlos y hacerlos propios. Sus búsquedas literarias, políticas y sociales, en las que nos vemos representados, marcaron a toda una generación de jóvenes que se animaron a ir más allá acompañando esos vientos de cambio de los años '60 y '70.
Pero Julio no quedó ahí. Este año cortazariano nos encuentra releyendo su obra, observando su imagen en todas partes y repensando su vida. ¿Cuántos se han -o nos hemos- formado leyéndolo? Los axolotl, la Maga, los Cronopios, los Famas y sus inolvidables instrucciones para vivir han quedado impregnados en los sueños de cada lector. Y recordamos inevitablemente sus palabras, dichas en boca de Horacio Oliveira, en su Rayuela inolvidable: "Pero lo malo del sueño no es el sueño. Lo malo es eso que llaman despertarse...".
Por todo esto, todavía seguimos naufragando en ese sueño que ya lleva 100 años y del que no queremos despegarnos cuando nos vemos obligados a cerrar un libro suyo. Sin embargo, abrimos otros posibles libros, los que nosotros forjamos día a día, quizás desde el aula con los chicos, haciendo algunas lecturas posibles de un texto. Lo cierto es que hoy realmente celebramos la vida de este escritor y su obra, a la que regresamos cuando buscamos soñar o buscar utopías. Cronopios... ¡a leer!

"Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo."
"Probablemente de todos nuestro sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose."